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Histoire d’un territoire

Historia de un territorio

1829, creación de la empresa Leborgne en Saboya

En 1829, la familia Leborgne, mitad saboyarda y mitad francesa (sí, Saboya no fue francesa hasta 1860) desarrolla la actividad metalúrgica en un territorio donde el trabajo de la forja es ya plurisecular, no en vano en el valle de Bens (macizo de Belledonne), los monjes cartujos forjaban espadas, hachas y otras armas cortantes para equipar a los caballeros que partían a las Cruzadas, desde finales del siglo XI.

En el siglo XIX tuvo lugar la expansión del ferrocarril, los astilleros navales, la inauguración del canal de Suez por Ferdinand de Lesseps y otras grandes obras en un imperio colonial que no cesa de crecer. Emile Leborgne, empresario perspicaz, especializa su forja en la producción de herramientas de mano originales, adaptables y de gran calidad, destinadas a una clientela exigente.

Herreros de Leborgne en 1905

Creación de un centro siderúrgico abierto al mundo

Con objeto de satisfacer la afluencia de pedidos, Emile Leborgne estimula la apertura de otros cuchilleros autónomos en el territorio. Así es como miles de palas, las famosas «Alabardas», llegan a Egipto. En Tonquín, se utilizan las palas para arrozales de Leborgne y en Argelia sus picos hachas. 

La gama de productos se enriquece considerablemente. Y con motivo, la mayoría de estos nuevos modelos se readaptan e incluso se mejoran según las condiciones geológicas y geográficas de los países o regiones a los que están destinados.

¡En la vanguardia del marketing de productos desde 1880!

Leborgne es la primera empresa en sacar un catálogo fotográfico con sus herramientas. Estamos en 1880 y el trabajo se realiza en Lyon en las primerísimas placas de gelatino-bromuro de planta puestas a punto el año anterior por Auguste y Louis Lumière.

Antiguo logo de LeborgneAncien logo Leborgne

Tras la Primera Guerra Mundial, hay que adaptarse al descenso de los precios

La empresa, ahora en manos del ingeniero Yves Lozac’hmeur, esposo de Jeanne Leborgne, comprende que tiene que invertir en los medios mecánicos más modernos del periodo de entreguerras para producir más y mejor.

Calidad, escucha e innovación

Tras la Segunda Guerra Mundial, Yvon y Michel Lozac’hmeur invierten en la electrificación de las instalaciones y logran que la empresa se desarrolle de nuevo en Francia y los países limítrofes.

En los años 1980, Denis y François, los hijos de Yvon Lozac’hmeur, toman el relevo. El mundo ha cambiado considerablemente con la llegada de la era del ocio, las nuevas tecnologías, una competencia a escala planetaria... Leborgne, que ha mostrado en numerosas ocasiones su capacidad de adaptación, hace frente al reto con armas perfectamente afiladas: la calidad, la escucha y la innovación.

Por otra parte, los clientes no se equivocan: en una encuesta realizada por IPSOS en 2010, un 91 % mencionaba la calidad de los productos Leborgne como primer criterio de elección.

Catálogo fotográfico Leborgne

En la actualidad: ¡2 plantas más saboyardas que nunca!

En plena expansión, Leborgne abrió una segunda planta de producción en 2000 en La Rochette, a 3 km de su planta histórica de Arvillard donde se encuentra la forja.

En La Rochette, Leborgne ha puesto en marcha un taller de colocación de enmangado y etiquetado de herramientas, así como una plataforma de envío tanto para el mercado nacional como para el internacional. Así en esta planta se lleva a cabo la labor comercial de la empresa. Allí se habla de merchandising, información al consumidor y dinámica promocional...